Delfin Stereo

Cierre de establecimientos que expenden bebidas alcohólicas, una acción de mal gusto para pocos, pero que le sirve a Ciénaga.

Por: Vanny Johann Sierra M

La decidida intención del secretario de gobierno de Ciénaga, Bladimir Torres Pereira, en controlar la proliferación de establecimientos que expenden bebidas alcohólicas sin el lleno de los requisitos legales, ha generado conceptos encontrados, es decir, hay quienes están a favor y otros que están en contra. Los últimos, consideran, desde su punto de vista una medida anti popular en una región en la que la gente se las “ingenia” para poder subsistir debido a la alta cifra de desempleo.

Si nos ponemos a analizar, lo que queremos para Ciénaga en un tiempo no muy lejano por su integración a la Red de Pueblos Patrimonio de Colombia y la activación del turismo, - éstas acciones con carácter, valor civil, sentido de pertenencia y cumplimiento de las funciones que le competen como jefe del área de gobierno municipal-, son las que deben recibir el respaldo absoluto de una ciudadanía que quiere lo mejor para “la salitrosa” que tiene todo para mostrar.

Parece que aquí ha ocurrido todo lo contrario en donde los intereses particular y mezquino están por encima del bien común y de un territorio que por años ha estado sumido en el desorden administrativo y en el crecimiento desorganizado.

Desde los concejales hasta los líderes comunitarios son los que en gran medida se han opuesto a los operativos de control y verificación de documentos de estos negocios que se han convertido en un “dolor de cabeza” para la administración municipal por el uso indebido de los controles del volumen de sus aparatos de sonido y el ingreso de menores de edad.

El pasado fin de semana fueron cerrados 15 establecimientos de esta naturaleza situados en diferentes puntos de la localidad, simplemente porque no contaban con el más mínimo documento que los avalaba para abrir sus puertas al público…lo horripilante de la extenuante labor fue el anuncio que uno de estos hacía través de carteleras de un acto nocturno con “sexo en vivo” y peor aún con la participación de menores de edad, una de las cuales le dijo al propio funcionario que su órgano sexual y reproductivo era de ella: “y podía hacer con él lo que le viniera en gana”.

Tras conocerse estos episodios y el arrojo del secretario de gobierno Bladimir Torres Pereira en aplicar las leyes y las normas, claro está con el acompañamiento de instituciones y entidades como la policía nacional, cuerpo de bomberos voluntarios de Ciénaga, comisaría de familia, secretaría de salud, personería municipal, entre otros. El padrinazgo, el amiguismo y la politiquería no se hicieron esperar de quienes creen que favoreciendo este tipo de prácticas mal sanas y que repercuten negativamente en una sociedad, le hacen ganar adeptos y aumentar su caudal electoral.

No faltaron las llamadas vía celular o los famosos pin, para abogar por aquellos que de alguna manera afean una ciudad con la instalación de estos negocios que están en el “ojo del huracán”.

Recuerdo lo manifestado en una oportunidad en una entrevista que me concedió el actual presidente de la Junta de Acción Comunal del barrio La Floresta Enrique Morelli Turcio: “En Ciénaga para montar una cantina solo necesitas un enfriador y cuatro sillas y listo”. Y eso está ocurriendo. Pero a Dios gracias surgió del actual gobierno un funcionario con los pantalones bien puestos para acabar con la proliferación de billares, estancos, estaderos y cantinas que abren sus puertas sin pensar que hay unos requisitos que cumplir y además porque nos hemos acostumbrado que Ciénaga es tierra de nadie.

Torres Pereira le está poniendo “el cascabel al gato” y eso es lo que se espera de los funcionarios del gobierno Tete Samper para que asuman su tarea y trabajen por la organización de la casa que se llama Ciénaga y que muy seguramente en unos cuantos meses será visitada por turistas por la promoción de su encanto natural, paisajístico, arquitectónico, histórico y cultural.

Nota: recordemos que en los operativos que se llevan a cabo durante los fines de semana, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar a través de su centro zonal Ciénaga ha brillado por su ausencia.