Despedida a un hermano
y amigo…
De esta manera rendimos homenaje a un cienaguero valioso, admirable por su recia personalidad y su convicción de hombre libre, sin alardes del mundo que recorrió y quiso plasmar en su libro, que no sabemos si su familia dará a la luz cualquier día. Ricardo Bonett fue un defensor de la Ciénaga – ciudad que todos añoramos y se fue sin ver los cambios que tanto soñó y que no ha conquistado nuestro terruño.
De esta manera rendimos homenaje a un cienaguero valioso, admirable por su recia personalidad y su convicción de hombre libre, sin alardes del mundo que recorrió y quiso plasmar en su libro, que no sabemos si su familia dará a la luz cualquier día. Ricardo Bonett fue un defensor de la Ciénaga – ciudad que todos añoramos y se fue sin ver los cambios que tanto soñó y que no ha conquistado nuestro terruño.
Por: Margarita Bonett
Locarno
Ricardo Bonett Locarno
y Delfín Sierra Tejada, dialogan con la escritora rusa, Anastassia Souarez Espinel
en el parque Bolívar de la ciudad de Cartagena, durante uno de los Parlamentos
de Escritores e Intelectuales del Caribe Colombiano en donde los tres fueron
invitados.
Y el Guerrero colgó sus armas, se fue tranquilo, sabía
que había perdido la última batalla de su vida, contra un cáncer invasivo, se retiró
silencioso y reconoció su derrota con dignidad , con pundonor, solo pidió morir
dignamente, sin artificios médicos que solo prolongaran su agonía, y así se le concedió,
fue valiente, estoico y sobre todo noble como todo buen guerrero, ese fue mi
hermano Ricardo, fallecido el
martes 20 de Noviembre a las 5 y 45 de la madrugada, aun tengo impreso en mis
labios el último beso que le di en su frente segundos antes de que partiera en
su último viaje , mucho mas lejos que la Escandinavia, en íntimo momento con
Doris , su familia y mis hermanas, se durmió poco a poco sin un gemido, sin una
mueca, ni un solo signo que denotara sufrimiento alguno, se sintió amado por su
querida Doris, por su madre, hermanas y hermanos, por sus hijos en la distancia
pero cerca de su corazón.
Ahí terminaron sus inquietudes, sus inconformismos, sus rebeldías, sus negaciones a todo lo que no fuera libertad, justicia, equidad e igualdad, cerró sus ojos sabiendo que dejó la semilla del emprendimiento en muchas personas humildes que hoy lo lloran con desconsuelo porque se sienten huérfanos de sus consejos, de sus enseñanzas, de su concepto práctico de todas las cosas.
Ricardo vivió sin mayores pretensiones porque no fue hombre de convencionalismos, ni de modelos impuestos, ni de manidas formas de actuar y expresarse, vivió la vida como quiso porque para él no había mayor libertad en el hombre que la que el mismo escogiera por su libre albedrío.
Todos lloramos su partida porque muchas cosas se fueron con él, el baile a cualquier hora cuando colocaba su música favorita, la salsa, la charanga, el guaguancó, el son, el porro, el fandango. Ricardo era música por dentro y por fuera, el Caribe hervía en su piel como hirviera su pasión por la naturaleza, también se fueron las largas, horas de charla de política, economía, historia antigua, mitología, religión, geografía, y de miles de temas que bullían en su cerebro, con Ricardo se fue un universo completo de vivencias y de ideas inagotables.
Gracias hermano querido, por los momentos vividos, gracias por ser tú siempre, gracias por dejarnos llorar tu partida en el seno familiar y no en el gélido frío del Norte y por último gracias por tu amor a tu querida Ciénaga, a sus gentes pobres y a naturaleza inmensa que a ti te hablaba de riqueza inapreciable.
Que los hados del destino guíen tus pasos hacia donde van los que vivieron la vida a plenitud, sabiendo que encontrarán su lugar en alguna parte del cielo que a cada uno nos corresponde.
Hasta siempre Ricardo corazón de León. Hasta siempre...
Un gran amigo.
ResponderEliminarTengo muchos recuerdos de el. Inclusive un regalo que me envio desde Suecia.
BogotanoUK