Los pregones de Porfirio Castillo Zamora ante la
comunidad cienaguera
Luís
Eduardo Barranco Gutiérrez
Miembro de El Colectivo Comunicadores Sociales y Periodistas
C.C.S.P. CIÉNAGA
La problemática en la prestación del servicio de agua en la ciudad, por
parte de Operadores de la Sierra, fue abordada en la convocatoria de la
Asociación Municipal de las JAC, realizada en el Infotep dejando una estela de
dudas y sinsabores, de las acusaciones lanzadas por su representante, Porfirio
Castillo Zamora, en contra de la pasada administración local y Concejales del
municipio. Lo cierto es que son muchos los actores que han intervenido en el
crucial camino de la prestación del esencial servicio, desde el mismo momento
en que fue suscrita la concesión con el operador privado.
Hoy la situación se repite con un rosario de inconformidades y “mea
culpas”, donde las cargas son trasladadas a otros que debieron actuar pero no
lo hicieron, constituyéndose una incuria sus acciones, que de hecho afecta al
más indefenso de todos: la comunidad.
Recobra validez el pensamiento del Senador J.E. Robledo, que apostilla las concesiones privadas con “un asalto al tesoro público”, cohonestada por quienes deben ser los encargados de vigilar la pulcra inversión de los impuestos que paga el ciudadano.
Salta como proclama de carnaval el rol de los organismos de fiscalización y control, que operan con lentitud paquidérmica para adoptar decisiones ante hechos contundentes que a diario son denunciados en mesas de trabajos, asambleas, foros, conversatorios, agendas públicas.
En el caso de Ciénaga los medios de comunicación son los únicos que han
actuado con celo, haciendo seguimiento a las anomalías denunciadas por la
omisión en la prestación de los servicios públicos. Hecho que le ha dado a la
comunidad una tribuna de denuncia ante la Administración Local, que muchas
veces se ha caracterizado por evidentes trastornos en la socialización, la
imaginación, la planificación y en el ejercicio de la autoridad.
El pregón de Porfirio Castillo Zamora efectivamente pareció un aluvión de
frases sueltas que retumbaron en el auditorio del Infotep, no por lo
contundente de sus argumentos, sino por el tono desafiante con que quiso
imponer razones y consejas que solo caben en su mente de aparente fragilidad de
memoria.
Y es que la
comunidad del Barrio Carreño no podrá olvidar aquel 17 el agosto de 2010, cuando
protestaba en la oficinas del Operador por la indolencia de cuatro años sin
atender sus requerimientos: la demolición que se hiciera del pavimento de una
de sus calles, convertida en foco de infección por las aguas estancadas.
Deberán
recordar por siempre la voz centellante de Porfirio Castillo Zamora, ordenando
la suspensión del servicio de agua a toda la ciudad, que de hecho sucedió sin
que nada pasara, ni autoridad alguna se manifestara. Situación que reconstruyó la
memoria histórica de la atrabiliaria decisión del General Cortez Vargas, en
contra de los obreros del banano en la estación del ferrocarril, un 6 de
Diciembre de 1929.
Si en aquel
entonces la orden de abrir fuego provocó el aniquilamiento de miles de obreros
indefensos, hoy la irascible medida de suspensión del esencial servicio, se debería
tomar como una sentencia de “muerte por
sed” a toda una población. Semejante despropósito son una afrenta a la
comunidad y debe quedar en la historia reciente como un hecho para no ser
olvidado jamás.
Esta
concesión, que por circunstancias politiqueras de una pasada administración y
de proterva intención, ha venido disponiendo a su antojo de un bien público, que
pertenece a la comunidad cienaguera, como si estuviera en feudo propio.
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