miércoles, 3 de julio de 2013

Galo Alarcón, Poeta de Córdoba para el mundo



Por: Redacción General

Galo – pando y abrazado a esa mujer de belleza inconfesable, lleva su vida Al – arcón de sus recuerdos, este soñador de espacios naturales y emocionalmente humanos que ponen en evidencia su imaginación y genialidad para legar al lector el influjo de sus metáforas y la esencia de su poética.

Y siendo cordobés y buen poeta, lo es mejor amigo, y compañero de este viaje interminable de lecturas, de música, de ideas y de largas conversaciones, en que se acentúa su amor por la Literatura.

Galo Alarcón Contreras tiene 2 libros publicados: Murmullo Noctámbulo del Sinú y Memoria del Agua.  Fue finalista del Concurso Nacional de Literatura – Manuel Zapata Olivella – 2012.  Su sede es Montería y es miembro del colectivo cultural “El Bocachico Letrado”.  Docente de la Universidad de Córdoba. Magister en Ciencias de la Educación. Su obra ha sido publicada en revistas de Colombia y el exterior.  Dos de sus libros esperan ser publicados pronto: Tiempo de Veredas y Me Acostumbré a todo - menos al olvido.

He aquí dos poemas de su producción.


VERSOS QUE LE DAN FUERZA AL VIENTO

En mi vereda es precaria la existencia
el hombre se cansa de hacer.
Los sueños empujan todos los días
la presencia del nuevo sol.
Todos mis días húmedos
los invierto para ampliar los nuevos caminos.
Los dedos se juntan
para detener a los egoístas que se alistan.
No faltan las inquinas que me reservo
para que la esperanza no se detenga.
Se agrupan mis versos
que le dan fuerza al viento
que vence las piedras de los caminos.
He andado todos estos senderos
preservando
sus orillas
sus árboles.
Sé que me pertenecen
¿Qué será de los que cortaron los árboles
de los que destruyeron caminos?
Todas estas manos que habitan la vereda
construyen la argamasa que alimenta
nuestros designios.
Aquí proclamo mi persistencia
Soy hijo de éste sol y esta arcilla


COMO EL VIENTO

El Viento es la sinfonía encantadora de las hojas
no tiene culpa de las heridas
que le ocasionan los hombres,
con él subo al abismo de los recuerdos
pero hay un adiós donde pierdo el corazón
es una despedida que me quema
una salida que mastico muchas veces.
Los caminos recorridos se sembraron por dentro
como raíces de ceibas milenarias
el viento anuncia que ésta no es la tierra donde planté el limonero
hoy las semillas le huyen a la mañana.
Así como el viento
es posible que no esté yo
no sé si regreso
o soy el que se fue


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