viernes, 21 de diciembre de 2012


Y el Verbo se hizo Hombre

Este es el misterio divino que viste de fiesta al mundo por estos días.  Por este misterio hay luces, bombas, colores, regalos, comidas y fiestas.  El Verbo encarnado en las entrañas de una joven virgen irrumpe en la historia de la humildad y en el silencio.

De inmediato vienen las reacciones.  En el cielo y en la tierra hay gozo y hay paz, pero en el corazón de muchos otros, hay también recelo y desconfianza por el Niño que acaba de nacer en la aldea de Belén.

Que extraño y egoísta es el comportamiento humano ante tanta generosidad de Dios.  Qué mezquino es el corazón orgulloso y soberbio ante tanta abundancia y entrega del que nos ama y nos amará por siempre.  Para los que se confiesan creyentes y de verdad lo son, este mes no es para vivirlo como los demás paganos, sino para gozarnos y para regocijarnos como cristianos.


Diciembre no puede ser  un mes para borrachos y locuras.  Tampoco debe ser un tiempo de gastos desmedidos.  No puede ser un tiempo para suplir con regalos los vacíos de amor y de ternura que han quedado a lo largo de todos estos meses y semanas.  No hagamos de estos días decembrinos una ocasión para expresar lo que no hemos sentido, ni para cultivar más la hipocresía y la falsedad, la mentira y el engaño o para un simple cumplido social enviando tarjetas que dicen bellamente lo que no sentimos.

Tampoco es bueno que se sigan iluminando lujosos balcones y creativas ventanas, mientras el corazón está a oscuras porque nos negamos a abrir las puertas del corazón al Niño que porta la luz de las naciones.  Una navidad ficticia… llena de mentiras e hipocresías no vale la pena ni siquiera celebrarse.

Al contrario, la NAVIDAD como tiempo de luz y de encuentro con Cristo, ha de ser una verdadera gracia de Dios para la humanidad, a tal punto que hoy todavía es posible exaltarnos y llenarnos de fiesta y de gozo… abrazarnos y besarnos… todo porque llegó NAVIDAD.  Que entonces vistamos el corazón de fiesta y que nos regocijemos como hermanos de todos los hombres deseándoles ¡FELIZ NAVIDAD!

Pedimos para nuestros amables oyentes muchas bendiciones del señor en todo tiempo, pero especialmente en estos días, y al desearles la más feliz de las navidades, augurarles también un año lleno de salud y de paz.  


www.delfinstereo.com

1 comentario :

  1. gracias por esta bella publicacion que me permite no perder de vista el gran y misericordioso amor de DIOS por mi ....buen momento para reflexionar sobre el acto de amor mas puro el de DIOS por la humanidad......mil bendiciones a este equipo de trabajo.

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