miércoles, 12 de septiembre de 2012


Poesía con sabores costeños…


En este espacio reservado a las mujeres, hermosas mujeres de la poesía, no podía faltar la voz de tonos hermosos, intensos y de melodiosa gracia de Dina Luz Pardo, joven mujer, poeta de las sabanas de Sucre, que pisa firme en Barranquilla, con un registro envidiable de recitales para transmitir su honda manifestación, sobretodo en el tema erótico, expresado de manera muy vívida coloquial y en adobadas exquisiteces culinarias. 


DESPUÉS DE UN TOQUE A LA PUERTA, MOTE DE QUESO – CUATRO QUESOS.

La brisa aún no me traía los
olores de mi amado.
El ñame ya desecho y fundido
tras mi meneo constante;
el mote de queso estaba casi listo.
Le había agregado el sofrito de ajo
y cebolla,
queso criollo fresco y duro
 y queso crema.
La brisa aún no me daba visos de
su pronta llegada.
Desprevenida rallaba queso
Mozzarella,
cuando su respirar se prendió
 en el lóbulo de mis emociones.
Ahí estaba él, tras de mí,
confabulado con la brisa tras un
toque tardío a la puerta;
Sus labios recorriendo mi cuello,
como si condujera por la vía al
mar, pero sin prisa,
toda la vía era suya;
al rozar mi pecho, ¡vaya!,
el queso salió volando de mis manos
y los dedos se me incrustaron en
el rallador,
entonces ya no era queso sino
dedos rallados; 
dolió, ardió, escandalizó un poco.
Igual tomé dos platos, serví el
mote,
le esparcí mozzarella, crema de
leche
y queso parmesano.
Plato terminado.
Pero él continuó en mi búsqueda
y sólo en mi vientre palpé el fuego
de sus manos,
era olvidarme de todo, dejar de
lado el mote,
dar la vuelta, mirarlo a los ojos,
prenderme sobre él...

De repente, rompió el silencio para
decirme:
-¡No, mi amor!,
primero el mote de queso,
luego continuamos con la faena
que apenas comienza-.



COMO BOCACHICO FRITO, SUDADO EN LECHE DE COCO


Compraría una atarraya
que se pareciera a mis labios,
esperando atraparte
en el fuego
de mi aliento,
arrollaría cada escama
del tiempo,
los recuerdos en tu piel,
hasta que lograras navegar en
mis besos.
Pondría a calentar mis aceites
y superar la temperatura del
Sahara,
para dorarte, freírte crocante,
deleitarme con tus sabores y
aromas.
Para hacerte más exquisito,
podría subir como un mico
una palmera parida de cocos
amarillos,
los bajaría, los rallaría y te
bañaría
con su leche espesa y
cremosa,
te coronaría con mis ansias
como si fuera ajo machacado,
pimienta de olor,
cebolla finamente picada
y te rociaría con mis
despertares,
como si fueran gotas de limón.
¡Ambrosía!
Podría pescarte cuantas veces
lo desees,
sazonarte como tú lo insinúes,
sólo si me das el privilegio de
saborearte,
beso a beso, tomándote entre
mis labios,
como bocachico frito, sudado
en leche de coco.


1 comentario :

  1. Mi apreciado Delfín, qué regalo más bello he recibido en esta mañana. Gracias por este registro poético, de mi reciente publicación "concierto sobre el fuego".

    Mi aprecio reiterado y agradecimiento.

    Dina Luz Pardo

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