jueves, 21 de febrero de 2013



Los pregones de Porfirio Castillo Zamora ante la comunidad cienaguera


Luís Eduardo Barranco Gutiérrez
Miembro de El  Colectivo Comunicadores Sociales y Periodistas C.C.S.P. CIÉNAGA


La problemática en la prestación del servicio de agua en la ciudad, por parte de Operadores de la Sierra, fue abordada en la convocatoria de la Asociación Municipal de las JAC, realizada en el Infotep dejando una estela de dudas y sinsabores, de las acusaciones lanzadas por su representante, Porfirio Castillo Zamora, en contra de la pasada administración local y Concejales del municipio. Lo cierto es que son muchos los actores que han intervenido en el crucial camino de la prestación del esencial servicio, desde el mismo momento en que fue suscrita la concesión con el operador privado.

Hoy la situación se repite con un rosario de inconformidades y “mea culpas”, donde las cargas son trasladadas a otros que debieron actuar pero no lo hicieron, constituyéndose una incuria sus acciones, que de hecho afecta al más indefenso de todos: la comunidad.  

Recobra validez el pensamiento del Senador J.E. Robledo, que apostilla las concesiones privadas con “un asalto al tesoro público”, cohonestada por quienes deben ser los encargados de vigilar la pulcra inversión de los impuestos que paga el ciudadano.

Salta como proclama de carnaval el rol de los organismos de fiscalización y control, que operan con lentitud paquidérmica para adoptar decisiones ante hechos contundentes que a diario son denunciados en mesas de trabajos, asambleas, foros, conversatorios, agendas públicas.

En el caso de Ciénaga los medios de comunicación son los únicos que han actuado con celo, haciendo seguimiento a las anomalías denunciadas por la omisión en la prestación de los servicios públicos. Hecho que le ha dado a la comunidad una tribuna de denuncia ante la Administración Local, que muchas veces se ha caracterizado por evidentes trastornos en la socialización, la imaginación, la planificación y en el ejercicio de la autoridad.

El pregón de Porfirio Castillo Zamora efectivamente pareció un aluvión de frases sueltas que retumbaron en el auditorio del Infotep, no por lo contundente de sus argumentos, sino por el tono desafiante con que quiso imponer razones y consejas que solo caben en su mente de aparente fragilidad de memoria.

Y es que la comunidad del Barrio Carreño no podrá olvidar aquel 17 el agosto de 2010, cuando protestaba en la oficinas del Operador por la indolencia de cuatro años sin atender sus requerimientos: la demolición que se hiciera del pavimento de una de sus calles, convertida en foco de infección por las aguas estancadas. 

Deberán recordar por siempre la voz centellante de Porfirio Castillo Zamora, ordenando la suspensión del servicio de agua a toda la ciudad, que de hecho sucedió sin que nada pasara, ni autoridad alguna se manifestara. Situación que reconstruyó la memoria histórica de la atrabiliaria decisión del General Cortez Vargas, en contra de los obreros del banano en la estación del ferrocarril, un 6 de Diciembre de 1929.   

Si en aquel entonces la orden de abrir fuego provocó el aniquilamiento de miles de obreros indefensos, hoy la irascible medida de suspensión del esencial servicio, se debería tomar como una sentencia de “muerte por sed” a toda una población. Semejante despropósito son una afrenta a la comunidad y debe quedar en la historia reciente como un hecho para no ser olvidado jamás.

Esta concesión, que por circunstancias politiqueras de una pasada administración y de proterva intención, ha venido disponiendo a su antojo de un bien público, que pertenece a la comunidad cienaguera, como si estuviera en feudo propio.  
 

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