miércoles, 13 de febrero de 2013


Si te duele... ¡Detente!
tusexologa@profamilia.org.co 


Acabo de escuchar en la radio una frase que me recuerda la cantidad increíblemente grande de mujeres que sienten dolor en sus relaciones sexuales y se quedan calladitas, sin “chistar” ni protestar: “Pare de sufrir” dice la propaganda, haciendo alusión a que nuestra vida no tiene por qué ser de sufrimiento.

Mujer, si alguna vez aprendiste que era tu obligación complacer a tu marido en todo lo que te pidiera, es hora ya de que cambies ese disco que tienes en tu cabecita y te mires como una persona con los mismos derechos que tiene él. Y esto vale tanto para el sexo como para todas las cosas en la vida.

Sentir dolor antes, durante o después de las relaciones sexuales se conoce como dispareunia. Esta disfunción sexual en las mujeres tiene solución si se acude al médico, muchas mujeres sufren en silencio y aparentan a sus parejas que están gozando el coito para que ellos no se irriten ni las cambien por otras.

El dolor que aparece durante el momento sexual se debe a factores orgánicos o sicológicos que deben ser revisados por el ginecólogo inicialmente. Si el médico no encuentra razones físicas debe remitir a la paciente al sexólogo para que reciba ayuda con psicoterapia, ejercicios eróticos, reconocimiento de sus genitales y otras técnicas innovadoras de acuerdo a cada situación.

* Si este es tu caso, no sufras más y busca ayuda de inmediato. Seguro te dará pena consultar al médico pero nada justifica que tu vida sexual sea una tortura.

* Habla con tu pareja acerca de lo que te sucede y no le escondas el problema. Su apoyo es fundamental y lo mínimo que debes esperar es que sea paciente y comprensivo; si te insulta o te fuerza a tener relaciones, aléjate inmediatamente.

* Ayúdate con lubricantes acuosos tipo Piel Lub que se consiguen en los centros de Profamilia o algunas droguerías. Dedícale largo tiempo a las caricias y estímulos que faciliten tu excitación y alivien la molestia.

* Si el dolor realmente es insoportable no cometas el error de fingir que nada te está molestando. Pídele a tu pareja que intenten otras posiciones, pero si la molestia continúa interrumpe la relación así el otro se moleste. ¡Qué más da si es TU cuerpo el que está sufriendo! Muchas veces por aguantar y aguantar la mujer termina cogiéndole rabia y fastidio a su pareja.

Como ves, no hay razón alguna para vivir el sexo con dolor cuando esa es una experiencia que debe ser placentera y relajante. No dudes en solicitar ayuda especializada para que realmente goces tu vida sexual.




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