Faltó un pañuelo…
Por: Andrés Rivera Mejía
Columnista El Tiempo
“Un día después” de la muerte del maestro
Jairo Varela, imposible será recordarlo
“Sin sentimiento”.
Se nos fue el maestro Jairo
Varela. Ese que volvió a Cali "pachanguero"; que logró hacernos creer
que "una aventura es más bonita..."; que le dijo a una jovencita que
quedó embarazada: "Te pintó pajaritos en el aire"; que le reclamó al
país... "de qué valió poner en alto, en lo más alto, mi bandera altanera,
si el premio que recibo, sin motivo, es una larga condena"; que nos enseñó
que "gotas de lluvia no es el rocío..."; que con 'La magia de tus
besos' llenó 'Nuestro sueño' y le puso a 'Cali ají', porque "esto es
cuestión de pandebono".
Varela, a pesar de ser polémico,
fue un genio. Analfabeta musical. Amo y señor de las ferias de Cali. Tuvo una
gran batalla con Alexis Lozano, director y creador de Guayacán, su rival; pero
Jairo, sin duda, le ganó el duelo al crear el himno no oficial de la capital
vallecaucana: 'Cali Pachanguero', por encima de 'Oiga, mire, vea'.
El Maestro nació en Quibdó,
Chocó, pero fue hijo adoptivo de La Sultana, esa que inmortalizó en sus
líricas, en las que la llamó "del cielo, la sucursal". No estuvo
exento de polémicas y acusaciones. Su cercanía con el temido cartel de Cali no
la pudo ocultar. 'Chepe' Santacruz, uno de los grandes capos de la época,
recibió como homenaje del músico la dedicatoria de una canción en forma de
acróstico con las letras de su nombre (José Luis Santacruz) en 'Mi hijo y yo'.
Famoso también fue el himno que le hizo al equipo de fútbol de los Rodríguez,
el América. No en vano pagó 34 meses de prisión al ser acusado de
enriquecimiento ilícito.
Varela se negaba a morir,
musicalmente hablando. A pesar de su condena, al quedar libre volvió a escribir
canciones que serían éxitos. Al director de Niche nunca se le hubiese podido
decir: "no se te ven las ganas, no se te ve la voluntad...". Y, 'Un
día después' de su muerte, imposible será recordarlo 'Sin sentimiento'.
Jairo,
"ese día que yo, ¡ay!, me olvide de ti"... No faltará un pañuelo,
faltarán muchos pañuelos para secar mis lágrimas porque nos hiciste a los
vallecaucanos crear una identidad y no mereces el olvido. Me diré, 'Busca por
dentro' y con el 'beat' que marcan la clave, los timbales, las congas y los bongos,
recordaré las melodías que un día cuando era muy niño me enseñaron a bailar,
vibrar y a querer 'Mi pueblo natal', al que le canté cuando lo dejé: "si
supieras la pena que un día sentí, cuando en frente de mí tus montañas no
vi".
Adiós
maestro.
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